La Audiencia de León ha acogido este martes la segunda sesión del juicio contra la berciana Verónica G.G. que en 2016 denunció que su expareja la había secuestrado y la había agredido sexualmente, llegando a verter pegamento sobre sus partes íntimas. A primera hora de la mañana le ha tocado declarar al exnovio, quien ha atribuido esos hechos a una venganza por parte de ella. «Me ha cogido un odio brutal y es en venganza por haberla dejado. El día que le dije que se acababa me dijo que si la dejaba me arruinaba la vida».
El hombre que llegó a acumular 317 días de prisión provisional por las sucesivas denuncias presentadas contra él por la ahora acusada, Vanesa G.G., relató las consecuencias de dichas denuncias en su vida, y aseguró que ha perdido la relación que tenía con sus hijas. «No quieren saber nada de mí porque me tienen miedo», dijo, además de indicar haber recibido amenazas por redes sociales y críticas que sus ex vecinos, que le llevaron a cambiar de domicilio
«Me llaman el pega coños», lamentó antes de recordar que su imagen se hizo pública en numerosos medios de comunicación, «sin pixelar», con su «nombre y apellidos y en ningún momento la presunción de inocencia». También ha declarado la farmacéutica de Bembibre, que fue la primera persona en ver y hablar con la acusada después de los hechos supuestamente simulados. Ante el tribunal, ha recordado que Vanesa llegó al establecimiento sobre las cuatro de la madrugada con aspecto sucio, la camiseta rota y una media también rota puesta alrededor del cuello, además de presentar en las manos restos de celofán o de alguna cinta adhesiva. «¡Llama a la Guardia Civil, me quiere matar, quiere matar a mi hijo!», fueron las frases que repitió ante la farmacéutica en un relato «inconexo» al que sucedió la llegada de los agentes de la Guardia Civil y de una ambulancia