Machu Picchu, en el sur de Perú, podría dejar de ser una de las siete maravillas del mundo, debido a los crecientes problemas en la zona, como la alta presión del turismo sin gestión sostenible, el incremento de precios, el riesgo de afectación al patrimonio histórico y prácticas irregulares vinculadas a la venta de entradas advirtió la organización ‘New 7 Wonders’.
Las autoridades han solicitado de manera urgente al gobierno peruano que adopte un plan estratégico de transformación, para garantizar la conservación y la adecuada gestión del sitio y así no perder su designación.
Lo cierto es que acceder a Machu Picchu no está siendo amigable para los turistas, quienes están padeciendo más de un imprevisto en los últimos años.
El fin de semana se suspendió temporalmente el servicio de trenes hacia Machu Picchu a causa de manifestaciones. El origen del conflicto nuevamente enfrenta a la ciudadanía y al privado. Durante treinta años, Consettur fue la única empresa autorizada para trasladar pasajeros en buses en la ruta que conecta a la localidad de Aguas Calientes con la ciudadela inca. El 4 de septiembre culminó su contrato.


