De acuerdo con medios internacionales, el juez Kevin Castel, de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, condenó a 45 años de cárcel, al expresidente hondureño, Juan Orlando Hernández por conspiración para el tráfico de drogas y armas.
Un jurado popular lo declaró culpable el pasado 8 de marzo de tres cargos de tráfico de drogas y de armas, que le pueden suponer una condena perpetua, como otros inculpados en la misma causa, entre ellos su hermano Tony Hernández o el colaborador cercano de éste Geovanny Fuentes.
En un intento de evitar una condena perpetua, el abogado defensor, Renato Stabile, alega en los argumentos de sentencia enviados al juez el pasado viernes 21 de junio que la condena mínima que prevé la ley -10 años por el cargo de narcotráfico y 30 por el de armas- «satisfará los objetivos de la sentencia» y pide que el juez no le imponga «una pena adicional».
Stabile recuerda al juez que su defendido siempre ha reivindicado su «inocencia» alegando que fue condenado «erróneamente» sobre la base de la «palabra de narcotraficantes y asesinos hondureños -los mismos que combatió- que buscan venganza y salir de la cárcel».
En la misma causa, están coacusados el exjefe de la policía hondureña Juan Carlos Bonilla, conocido como «El Tigre», y el policía Mauricio Hernández Pineda, que se declararon culpables de narcotráfico, evitando sentarse en el banquillo de la justicia con el exmandatario.