El equipo de investigadores que se topó la pasada semana con un diablo negro, en un avistamiento único en el mundo de este «monstruo marino negro», ya sabía que este acontecimiento era tan extraño como preocupante.
El pez abisal localizado murió poco después, confirmando las hipótesis de los expertos de que esta especie de las profundidades tan cerca de la superficie podía deberse a una enfermedad.
Esta hembra de pez diablo negro se dejó ver en sus últimos días de vida, y han sido los mismos investigadores que lo descubrieron quienes han comunicado que el ejemplar ha muerto.
El cuerpo, de apenas unos centímetros, ha sido trasladado al Museo de Naturaleza y Arqueología de Santa Cruz de Tenerife, donde se analizará detalladamente y ayudará a conocer más sobre esta especie abisal tan desconocida.
Normalmente solo se han registrado larvas o ejemplares en estado deteriorado cerca de la superficie y la hembra es mayor que el macho, llegando hasta los 18 centímetros.