Realizarse una prueba de ADN se ha convertido en procedimiento muy común entre quienes desean demostrar la paternidad de su hijo o hija y conocer el parentesco entre individuos. Según el laboratorio de identificación Humana de la Universidad Manuela Beltrán, entre 2016 y 2018 se han realizado al menos 6089 pruebas de las cuales 2126 fueron excluyentes con el padre.
“Esto quiere decir que el presunto padre del menor que se estaba analizando, no es el padre biológico”, explicó José Andrés Gutiérrez director del laboratorio.
Así mismo, el investigador señaló que este hecho traería consecuencias, tanto psicológicas donde se rompe este lazo que ya se había construido entre padre e hijo, como jurídicas, donde se impugna la paternidad y el menor puede perder el apellido.
“Aunque la mayoría de pruebas dúo (entre padre e hijo) se realizan durante los primeros cinco años de vida, hay un porcentaje importante entre los 7 años y los 13 años y uno mínimo durante la etapa adulta”, concluyó el experto.