El director inglés Sam Mendes se encuentra nominado en los Premios Óscar en la categoría de Mejor Director, Mejor Película y Mejor Guión Original por su epopeya bélica 1917 – 98%, inspirada en la historia de su abuelo, quien peleó en la Primera Guerra Mundial. La crítica ha sido mayormente positiva hacia la película y algunos la consideran entre lo mejor de 2019. Sin embargo, no todos están de acuerdo con el trabajo de Mendes y su equipo.
El periodista Jeremy Gordon ha escrito un artículo donde señala todas las flaquezas de un filme al que compara con lo que las redes sociales llaman boy dinner (cena de chico), que se supone que es una cena considerada deliciosa por su creador pero asquerosa para casi todos los demás. Para las otras nominadas él usa el término Academy baits (películas creadas con la intención de ser nominadas en los Premios Óscar): Mujercitas – 94%, El Irlandés – 100%, Había una vez en… Hollywood – 94% y Guasón – 91%.
Pero lo que más aqueja a Gordon es que 1917 está contada de tal manera que solo quiere sorprender y que el público diga “oh, guau”, sin importar si siente algo realmente; la principal crítica hacia la cinta es que su narrativa la asemeja a un videojuego de guerra donde la cámara sigue al personaje. Pero hay aún más, pues como cualquier progresista de la actualidad que se precie de serlo, debe señalar si se cumplió con la cuota de diversidad que es necesario cumplir ahora:
En sus palabras podemos notar los lugares comunes más usados por los “guerreros de la justicia social”. Aunque ciertamente hubo una falta de representación de minorías en el pasado y los papeles que se les daban a éstas eran estereotipos, no debería ser una obligación que todas las historias tengan un elenco diverso, especialmente si eso contradice la lógica de la misma historia que se está contando. El periodista continúa: