El reprochable comportamiento de cientos de aficionados de la Selección Colombia durante la final de la Copa América contra Argentina en el estadio Hard Rock de Miami no ha pasado desapercibido para las autoridades estadounidenses.
Y es que, la situación ha escalado hasta convertirse en un problema de seguridad nacional, con consecuencias potencialmente severas para los involucrados que residen en el país norteamericano.
El pasado 20 de junio, aproximadamente 8 mil personas se colaron a la fuerza al estadio Hard Rock, de las cuales unas 7.000 ya han sido identificadas gracias a las cámaras biométricas instaladas en el recinto deportivo, información compartida por medios locales.
Cabe señalar que la mayoría de estas personas no viajaron directamente desde Colombia. En su lugar, muchos residen en diferentes ciudades de Estados Unidos y, al enterarse de que la selección colombiana había llegado a la final, se trasladaron a Miami, para no perderse de ver en vivo a sus selecciones y figuras.
De acuerdo con las investigaciones e información compartida por medios locales, las sanciones para los hinchas identificados podrían ser drásticas y variadas, dependiendo de lo que determinen las autoridades en cada caso específico.
Las posibles penalidades incluyen penas judiciales, revocación de visas y hasta pérdida de residencia; además, si se demuestra que algún residente colombiano en Estados Unidos llevó a su familia al partido y participó en los disturbios, toda la familia podría enfrentar la expulsión del país.