Las subestaciones eléctricas de la Empresa Transmisora de El Salvador (ETESAL) son piezas clave para garantizar que la electricidad llegue de manera segura y eficiente a hogares, comercios e industrias en todo el país. Estas instalaciones funcionan como centros de transformación: elevan el voltaje para su transmisión a larga distancia y luego lo reducen para que pueda ser utilizado por los usuarios finales.
El proceso comienza una vez que los estudios técnicos han sido aprobados: se identifica y adquiere un terreno adecuado, y se finaliza el diseño para obtener los permisos de construcción necesarios.
Con los permisos en mano, inicia la obra: el terreno se nivela y se realizan las excavaciones para las fundaciones de los equipos de potencia, transformadores y estructuras metálicas. Según la normativa vigente, estas fundaciones deben pintarse de color amarillo.
Paralelamente, se construyen el muro perimetral de seguridad y el centro de control, que actúa como el “cerebro” de la subestación, protegiendo y supervisando todos los equipos. Una vez instalados, los técnicos realizan pruebas y verificaciones para garantizar que cada componente funcione correctamente.
Finalmente, la subestación se conecta al sistema de transmisión, comenzando a transportar energía de manera segura y estable hacia escuelas, hospitales, industrias y residencias.


