El 13 de enero de 2001, El Salvador fue sacudido por un terremoto de magnitud 7.7, con epicentro frente a la costa del Pacífico, cerca de Usulután.
La zona más afectada por dicho sismo fue en la colonia Las Colinas, Santa Tecla, donde un deslave proveniente de la Cordillera del Bálsamo sepultó cerca de 200 viviendas, cobrándose la vida de más de 600 personas.
El fuerte temblor dejó más de 900 muertos, miles de heridos, alrededor de un millón de afectados, así como viviendas, infraestructuras y carreteras dañadas.
Han pasado 24 años desde aquel día, que dejó una marca imborrable en la historia y el corazón de los salvadoreños.