A lo largo de la historia de la humanidad, el cabello ha jugado un papel importante en diferentes culturas; tanto que en la actualidad suele asociarse a una mujer con el cabello largo y a un hombre con el cabello corto pero las personas que tienen un padecimiento capilar suelen enfrentar diferentes conflictos.
La alopecia es una enfermedad en la que se provoca la caída del pelo debido a que el sistema inmune ataca los folículos capilares de forma accidental, por lo que su caída es repentina y aunque en algunos casos vuelve a crecer, lo más probable es que se caiga de nuevo.
Por lo general, la alopecia afecta la cabeza y la cara, aunque se puede perder el pelo en cualquier parte del cuerpo. En la mayoría de los casos se cae por pequeños y redondos grupos del tamaño de una moneda, pero en otros casos llega a caerse una cantidad más grande.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la piel, los principales causantes de alopecia son el estrés, herencia genética y puede afectar a todos los grupos raciales y étnicos.
Puede suceder a cualquier edad, pero en la mayoría de las personas que presentan este diagnóstico se desarrolla entre la adolescencia y antes de los 40 años.
En la actualidad tanto hombres como mujeres utilizan cortes diversos y cada uno puede escoger el largo de su cabello, pero históricamente han sufrido discriminación, por lo que al día de hoy existen diferentes países con leyes que penalizan a todas las personas que mantienen actitudes discriminatorias.
Sin embargo, no siempre fue así, pues en la antigüedad las personas de clase alta se distinguían de las demás por tener la frente grande, así era evidente que su estatus era superior al de las personas que conformaban el reino.